El estadio Helmántico reabre sin licencia de actividad y con deficiencias pendientes de resolver

El estadio Helmántico reabre sin licencia de actividad y con deficiencias pendientes de resolver

El estadio Helmántico reabre sin licencia de actividad y con deficiencias pendientes de resolver

Hay lugares que, aunque envejezcan, conservan el eco de las tardes gloriosas. El Helmántico es uno de ellos. Pero detrás de la nostalgia y el olor a césped mojado se esconde una verdad menos romántica: el estadio ha reabierto sus puertas sin contar aún con la licencia de actividad otorgada por el Ayuntamiento de Villares de la Reina, y con varias deficiencias que claman por ser resueltas. Una reapertura que, más allá del fútbol, reabre también el debate sobre la seguridad y la protección contra incendios en espacios deportivos con gran afluencia de público.

Porque, si algo nos ha enseñado la actualidad, es que los estadios no solo deben rugir con el público, sino también estar preparados para lo imprevisto. La prevención es hoy el gol más importante que cualquier recinto puede marcar. Y conocer el coste de los equipos básicos de seguridad, como el precio extintor 6 kg, ya no es un dato accesorio: es una inversión directa en tranquilidad.

Una reapertura a medio gas y con tareas pendientes

El pasado domingo, el Helmántico volvió a acoger un partido después de varios meses de cierre. Su regreso, sin embargo, no estuvo acompañado por el visto bueno completo de las autoridades. Aunque el estadio obtuvo finalmente una inspección eléctrica (OCA) favorable, el Ayuntamiento aún no ha emitido el informe técnico que permita otorgar oficialmente la licencia de actividad. En resumen: se jugó, pero no debería haberse jugado.

La historia reciente de este recinto, que durante décadas ha albergado desde partidos de liga hasta encuentros de la Selección Española, es una crónica de irregularidades administrativas y de dejadez técnica. Y en el centro del problema, la falta de certificaciones clave: sistemas contra incendios, salidas de emergencia y ventilaciones adecuadas. Todo ello figura entre las exigencias municipales que todavía no se han cumplido plenamente.

Protección contra incendios: un requisito, no una opción

Ningún estadio moderno puede permitirse ignorar la seguridad contra incendios. Los tiempos han cambiado y los reglamentos también. Hoy, cualquier recinto que reúna a miles de personas debe contar con sistemas activos y pasivos de protección: extintores, hidrantes, detectores de humo, señalización luminosa y vías de evacuación despejadas. Y cada uno de esos elementos debe estar revisado, certificado y, sobre todo, operativo.

El Ayuntamiento de Villares de la Reina ha sido claro: el Helmántico necesita acreditar la correcta instalación de sus sistemas contra incendios y emergencias antes de poder reabrir legalmente. Un proceso que exige documentación técnica, pruebas de mantenimiento y homologaciones válidas. Sin eso, cualquier incidente podría transformarse en tragedia.

Entre las carencias detectadas, figuran los sistemas de ventilación insuficientes, la falta de aseos adaptados y la ausencia de confirmación oficial de que los equipos de emergencia cumplen con la normativa vigente. Todo ello, además, debe completarse con una inversión sostenida en mantenimiento. Equipar un estadio no es solo instalar extintores; es crear una cultura de prevención que proteja a jugadores, prensa y público por igual. En ese sentido, conocer el coste de un extintor co2 2 kg es una pieza más del rompecabezas que toda entidad gestora debería tener presente.

Más allá de los cables: las sombras de una licencia ausente

El caso del Helmántico no se reduce a una inspección eléctrica. La licencia de actividad —hoy denominada “comunicación ambiental”— exige un cumplimiento mucho más amplio que la simple conexión de un cuadro de luces. Hablamos de accesos, evacuaciones, señalización, iluminación de emergencia y documentación técnica actualizada. Aspectos que, según el consistorio, siguen sin estar completos.

El problema, en el fondo, es estructural. Muchos recintos deportivos españoles fueron construidos en tiempos en que las normativas eran más laxas o directamente inexistentes. Hoy, sin embargo, la legislación exige estándares mucho más rigurosos. Ignorarlos no solo acarrea sanciones administrativas; también compromete la seguridad y la responsabilidad civil de los propietarios.

Y si hablamos de licencias, también debemos recordar que no es lo mismo tramitar una declaración responsable que una licencia de obras o de actividad. Entender la diferencia entre declaración responsable y licencia de obras puede evitar a más de un empresario sanciones que duelen tanto como una derrota en casa.

Entre el polvo y la nostalgia: la imagen del abandono

A pesar del entusiasmo por ver de nuevo fútbol en el Helmántico, el aspecto del estadio dejó mucho que desear. Polvo acumulado en las cabinas de prensa, techos improvisados que no cubren toda la superficie y aseos inutilizables en zonas cerradas al público. Los propios periodistas denunciaron la falta de iluminación eléctrica en las cabinas, y varios aficionados se quejaron del estado insalubre de algunas gradas.

El mantenimiento, o más bien su ausencia, se ha convertido en el talón de Aquiles de este recinto de 17.000 asientos. La propiedad, representada por Manuel Lovato y Rafael Dueñas a través del Salamanca CF UDS, parece enfrentarse a un desafío financiero y logístico que supera su capacidad actual. Mientras tanto, el césped sufre, los sistemas se degradan y la seguridad sigue en el limbo administrativo.

Seguridad y rentabilidad: dos caras de una misma moneda

A menudo se percibe la inversión en protección contra incendios como un gasto, cuando en realidad es un valor añadido. Un estadio con certificaciones al día no solo evita sanciones: también gana en reputación, confianza y capacidad para albergar eventos de mayor nivel. En ese sentido, la gestión del Helmántico podría servir como espejo para muchos otros recintos españoles que aún operan con licencias obsoletas o incompletas.

La seguridad no es negociable, y su coste es medible. Saber cuánto cuesta un extintor, una central de detección o una inspección periódica es tan esencial como conocer el presupuesto anual de mantenimiento. En el fondo, lo que está en juego es la vida de miles de personas que cada fin de semana llenan las gradas con la ilusión de un gol. No hay pasión que justifique el riesgo.

Cuando el fútbol olvida lo esencial

El estadio Helmántico, con toda su historia y su peso simbólico, ha vuelto a la vida… pero no del todo. Su reapertura, entre deficiencias y licencias pendientes, es un recordatorio incómodo de que la pasión deportiva no debe ir por delante de la seguridad. La protección contra incendios, la correcta ventilación, la accesibilidad y el mantenimiento son tan parte del espectáculo como el balón que rueda por el césped.

Mientras los focos se encienden y la grada vibra, detrás de cada partido debería existir un compromiso inquebrantable con la prevención. Porque ningún estadio, por histórico que sea, puede volver a ser lo que fue si olvida la lección más importante: que sin seguridad, no hay juego posible.